Primer insomnio



Así como el no pensar expone y el no sentir expresa
también lo que no sucede debe contarse.

Macedonio Fernández


Venga la dulce invasión del olvido.
Quiero dormir.

Jorge Guillén




No tengo papel.
No queda más remedio que asomarse
al Cajón de los Poemas Muertos.

Qué vértigo.

Pobres criaturitas mías
condenadas al último circulo
de este mínimo sistema infernal:
muerdan la mano del que los condena.

Y muerden las manos
y muerden la memoria
y sisean sus pequeñitas voces
allá en el fondo
a mí
a mí
a mí:
lasciate ogni speranza.

Los elijo por el reverso: blanco.
Gloria efímera
ser tragados por la lettera veintidós
recibir los golpes del metal en la espalda
ver la luz más no sea de reojo
ascender por momentos
a los Estantes Superiores
guías y soportes de los que están por nacer
pobres virgilios
condenados
no se sabe bien por qué.




Y bien
aquí está el papel
aquí está el nada que decir
que debe ser dicho pese a todo
maldición y condena
ser sombra mil veces más sombra que la sombra
sí, desnos: dans ta vie plein de soleil

sombra de un pájaro
clavada en la tierra
quemada en el agua
y enjuagada en sal.




En el reverso de esta hoja
late una mala copia
de un grabado de doré

oh rosa mística:
virgilio y el dante
oscuros
parados sobre una roca o
nube
lloran
el dante no lo dice
pero yo lo sé: lloran
de pie
lloran
oh círculo de ángeles
danzadiós.

Tuve una visión así
una mala noche allá
en villa domínico:

la luna cimbró en el cielo sucio

caderitas de plata
la luna
danzazul
la luna
que parió círculos concéntricos de luz
que me buscaban
a mí,
desnudo y solo y perdido como una piedra
hundiéndose en el mar

y me llevó
me tragó el alma la misma luna
me fui por lunático embudo

y allá quedó mi cuerpo
en ese moridero de hollín
en ese patio del culo del mundo
parece mentira
que la luna
tamborcito calchaquí
que la mesmísima luna.



Retango
a Gloria Geberovich
que lo canta como ninguna.


Volver
con la frente marchita
cuando hay suerte
porque a veces
se vuelve
sin ojos
sin frente

se vuelve como por una puerta de sal
se vuelve con la manos abiertas
se vuelve por volver nomás
en una canción secreta
en un olor que te desnuca
en una mirada
que te atraviesa

volver
se vuelve
aunque duela
y allá nadie te espere.




Mi orgullo consiste en no conocer más hombres
que los que aman tanto como yo esta poesía
específicamente subversiva, color de porvenir.

Paul Eluard

mi amigo jorge viene y dice que hay una mujer
que va y le estalla
y le relampaguea
como una tormenta debajo del cuerpo
y a los ahí presentes,
de cuerpo presente
de pie
ante la poesía
se les enciende el sexo
se les arracima la luz
en esas inflorescencias
y
cosa extraña
para los tiempos que corren
uno casi puede oír cómo resbalan
hasta el suelo
sedosamente
los documentos de identidad
y otras prendas íntimas
cómo se escurren del cuerpo presente
cómo se amontonan
cómo se queman
cómo calientan el cuerpo presente
cómo lo dejan ir desnudo
a buscar los cuerpos ausentes
vive dios:

no hay como un buen poema
para que el cuerpo vaya
y se anime
a dejar solita el alma.




a Jorge Spíndola







gelman: - esa mujer se parecía a la palabra nunca

- ésta también
pero con otra manera de clavarme los adverbios

gelman gritaba
- atención atención gritaba atención

pero yo me dejé llover dulcemente
sobre los huesos
me dejé arrasar
por ese viento tierno
que sopla desde una mujer
cuando es transparente

y aquí
estoy
tentado
de plagiar
gotán





Tengo una atmósfera propia
en tu aliento.
Vicente Huidobro

Por momentos
sufro una profundidad oceánica:
es cuando mirarte
es estar ahí
sosteniendo esa transparencia tuya
que me asfixia
es cuando la piel es una obligación
un fulgor que muerde las manos
o cuando la orilla es un tajo
que duele y atrae desde del otro lado
entonces
me digo
habrá que respirar hondo
creer en la verticalidad del deseo
hundirse
con los ojos abiertos
y rogar
sobre todo
que crezcan
rápido
las branquias.










A fugitivas sombras doy abrazos
Francisco de Quevedo y Villegas

pesadilla rara la de la otra noche
en la que aflojó el insomnio
pesadilla rara: parecía sueño
la cama tan grande
la cama tan blanca
yo ahí ardiendo de desnudez
acariciando un soneto
endecasílabos, creo, de quevedo
(cosa rara
porque nunca me le animé a los sonetos
con quevedo recién estoy conversando)
pero era, eso sí
un soneto de tamaño natural
de tamaño mujer, digo,
de piel sobrenatural:
tibia como el aire del infierno
me calentaba esa cosa y cómo
las palabras ocupaban espacios
que podían recorrer con mis manos
oh lengua navegante
en agridulces tipografías
oh
me estoy
por coger a la poesía
vocingleaba una parte de mí
era de no creer
con tan poca bola que me dio siempre
una potra de nácar, federico, sí ,
el mejor de los caminos:
ay que se le enfurecen los acentos
ay que se encienden los gritos
ay ni dardos ni caracolas
ay pececito sorprendido

me miraba raro mi mujer
al otro día
raro
y con ese otro brillo.






Oscuramente animal acecho
los pasos del poema
palabras
algo que crezca ahí
aunque duela.

La fiebre me pide ventanas abiertas
un desembarco de sol
en las pupilas:

es que a la larga uno tiene miedo
y sabe
que la noche empieza por los ojos
que no se abren a tiempo.






el perfume de suskind las malas palabras de arango toda violeta parra de alcalde
el libro de arena de borges la bibliade dios palabras de prévert el hobbit de tolkien relatos de poder de castaneda
el tao te chintg de lao tse
(de lo cual disfrutamos, dicen, gracias a un triste guardia defrontera)
las rubayats de khayyam retrato del artista cachorro de thomas
(¿qué thomas?...dieciocho whiskies, gracias)
antología rota de felipe la espada encendida de neruda las maquinarias de la noche de castillo dostoievsky, mi marido de ana g. dostovieskaia
o sea señora de
santo oficio de la memoria (tengo que juntar coraje y leerlo o quemarlo de una vez) de giardinelli ossi di sepia de montale diálogos de conocimiento de aleixandre

nada: insomio

poemas y canciones de brecht vigilia del almirante de roabastos torotumbo de asturias cuentos de odessa de babel cien años e soledad de garcía márquez

nada
silencio, señoras y señores
y por qué no dios

en el camino de kerouac los deposeidos de le guin todo ubú de jarry hombre acabado e papini

nada
nada y cállense, carajo
y sepan, señores, que ni este insomnio
brillante y afilado
como para tin tín y refalosa justifica
tanta gente alrededor
de un hombre que esta solo y espera
dormir
morir
todavía no se sabe.





antes de apretar el botón
apoyo la frente sobre los azulejos

la piel se entibia un momento
ahora son las paredes las que arden

antes de apretar el botón
miro el óvalo blanco brillante
con su laguito inmundo al final:
orina
cenizas
un papel con un poema que no fue
adiós
adiós
partes de mi cuerpo
deshechos de mi alma
adiós y mis respetos
a la Señora de la Gran Cloaca






y bien sí: memento mori
lo recuerdo, te juro
es mi primer y último pensamiento
(sólo que esta noche
parece no haber últimos pensamientos)
memento mori
decís
y te escucho
y no me rebelo porque quién soy
yo
para discutir con
Vos
pero allá en el fondo
me dan ganas de pedirte que bajes
(Vos, solito, Vos,
ya basta de chivos,
de corderos, perdón, emisarios)

que bajes acá
con nosotros
entre el lloro y el crujir de dientes

que bajes y te animes
a morir como un hombre.





Tanguito del espejo

quisieras tocarlo a ese que está ahí
en el fondo
darle un empujón de luz en la nuca
decirle aunque sea nomás por señas
que las rajaduras son del vidrio
y no de la mirada
que no es el aliento
el que empaña
por más que respirar duela
quisieras besarlo a ese que está ahí
darle aunque sea nomás un tirón de orejas
feliz cumpleaños decirle
regalarle este lado de la vida
prenderle velitas

sos un santo decirle
mirá qué vida estás haciendo decirle
silbate un tango decirle
salí a mirar decirle
antes de que Algo apague la luz.





Soy los otros. Soy ese perro que me amaba. Soy su renguera.
Soy las mujeres que se desnudaron en mi cama. Soy la infiel.
Soy ese vecino molesto. Soy ese que no me saluda salvo en
los días de fiesta. Soy mi hijo llorando porque me extraña.
Soy la puta que pasa frío en la esquina. Soy el Tío Tom.
Soy Sandokán. Soy el príncipe y el mendigo. Soy ese que odio.
Soy esa que me ama. Soy la mujer que duerme a mi costado.
Soy sus pesadillas. Soy mi padre muriéndose mientras yo
escribía un poema o meaba contando azulejos o dormía,
imposible recordar. Soy la perrita Laika. Soy la morsa.
Soy las palabras que me salvaron. Soy mi madre encendiendo la estufa.
Soy mi hermana consolándome en la noche. Soy m iamigo ciego.
Soy el que me dio el primer golpe.
SoyLennonmccartney. Soy Tom Waits. Soy Perón. Soy López
Rega. Soy Isabelita. Soy el caso Penjerek. Soy la Momia:
Soy Walt Disney. Soy Maradona. Soy el sargento Cruz.
Soy Jesucristo. Soy sus clavos. Soy Jehová. Soy Armagedón.
Soy Rintintín. Soy Ambrose Bierce. Soy Onganía. Soy el Che.
Soy Poncio Pilatos. Soy Robledo Puch. Soy Drácula.
Soy los ojos de rayos x de Ray Milland. Soy Erich Fromm.
Soy el miedo a la libertad. Soy los otros. Soy de tal manera los otros
que no puedo ser lo Otro.

A Miguel Oyarzábal









Dejad que los niños vengan a mí.
Mateo, 19, 14



En la noche
elbio está llorando
- ¿se puede pasar a la voz pasiva?
- sí, señorita dora
la noche
es llorada por elbio
-muy mal
porque llorando es predicativo
obligatorio
en la noche es un circunstancial
de lugar
elbio no se qué es
- elbio es un pibe
señorita dora
- un niño querrá decir
- no
un pibe
llorando la noche
haciendo crecer la noche
en cada espasmo

(Suenan aires de milonga)

- y perdóneme usté la libertá
pero la noche es un lugar, sí,
pero no es una circunstancia:
elbio se ahoga en la noche
porque naides le quiso explicar
la muy grande distancia que hay
entre un salvavidas de corcho
y su lastre, ese cajón de lustrar

y perdóneme otra vez
pero se me hace que llorar
pa’ ninguno es obligatorio
aunque nunca falten “predicatorios”
a la hora de predicar
y perdóneme una vez más
usté me aburre
y acá
es de noche
y elbio está llorando.

Un circo para elbio:

elbio está llorando
dijimos
y en la ciudad no hay pan
pero hay circo:
se encienden los reflectores
wolkswagen
mitsubishi
mercedes benz
y rata ta ta ta ta ta
comienza la función

pasen señores y vean

mantener los ojos abiertos
hasta que sangren
por favor.

En el rol de elbio,
elbio
ese chiquito
negrito
mal enbufandado
que, no sé si les dije,
está llorando.

chicos malos: los Cacus

focas autolubricantes: las señoras del peugeot

madre con rebenque: la mama de elbio

y gran reparto:
saltimbanquis
payasos transeúntes
ecuyeres a tanto la hora
monos
perros
elefantes
y, che, dios:
una larga fila de camellos
frente al ojo de tu aguja
qué tal.

¿la historia?

ah
perdón
la historia
no es muy original
la historia vale
no más de cinco pesos

bien que me costó
sacársela
de entre los dientes
que casta ta ta ta tañeteaban
en la oscuridad
a metros del peugeot
donde las focas se lamían el pelaje
una a la otra
sin mirar a elbio
meta y meta
amante y dior

Elbio:
un bultito
empujándome la noche
garganta abajo.

- por qué lloras
- por nada
- por nada no
- me robaron los cacus
- una patota
- sí
- cinco pesos me robaron
- te pegaron
- sí
- tenés casa
- sí
- tenés mamá
- sí
- tenés papá
- no sé
- por qué no volvés
- porque no
- te acompaño
- no
- por qué
- mi mamá me va’ pegar
- con un rebenque me va’ pegar
- porque no llevás plata
- sí
- si te doy cinco pesos
vas a dejar de llorar
- sí
- te vas para tu casa
- si
- te acompaño
- mejor no
- mi mamá me va’ pegar
- chau elbio
- chau

che dios
en tus tiempos
una buena crucifixión
valía sus treinta monedas de plata

te divertís barato
ahora:
cinco pesos

no tenés vergüenza.










La yegua de la noche



I met the nightmare.
The nightmare and her nine foals.

William Shakespeare,



¿Y si las pesadillas fueran estrictamente sobrenaturales?
¿Si las pesadillas fueran grietas del infierno?
¿Si en las pesadillas estuviéramos literalmente en el infierno?
¿Por qué no? Todo es tan raro que aún esto es posible.

Jorge Luis Borges



Mis sueños de caja de música
enloquecida
mis sueños de aire líquido
de vidrio apenas respirable
mis sueños de hermandad
con el fondo de los océanos
mis sueños
de bosques nunca vistos
de bocas queridas
muy poco tiempo
mis hermosos
inútiles sueños
viven a la luz del día
cada día
un minuto
más.






Hay una línea
un ardor
en el mediopecho
una frontera amarga
como un hilo de sal
un dolor que sube
presagiando tormentas
del tamaño de un pájaro.

Círculo cerrado del amor
que no se da
el poema se muerde los talones
con furia vacía.





¿Cuál es el límite de una mujer:
su piel
o esa ribera de sal
que precede al orgasmo?








Una absurda báscula de medir qué
la mirada
tic tac
éste es el mundo
éste es el mundo
éste es el mundo

¿y el deslímite del paisaje?
¿Y ese tajo más allá de las hojas secas?
¿y esa rajadura en el aire?

si la mirada no es una pregunta
si la pregunta no es constante
el ojo cae.




La ciudad: verificaciones

1

La ciudad cuelga de sus carteles luminosos: ojos

ojos apretados
como puños
golpeando la sombra
en ácida erosión.


2

En la superficie la ciudad es inmóvil.
En lo profundo
la ciudad avanza:
un frotar de sustancias atroces
la delata.


Introspección

La muerte me separa

me asfixio
como en un bosque de árboles planos
doblegados por la sombra

hacia lo oscuro
voy vertical
como un pájaro
descerrajado contra el abismo

un disparo de alaridos
apretados hasta el hartazgo
me vacía el pecho.


Otras verificaciones

3

La ciudad es hermafrodita.
Con su estómago se seduce
y se procrea:
en las calles
el dinero
va tejiendo
redes sexuales intensas.


4

La ciudad tiene su dios:
dios de la mano escondida
dios del exprimidor de naranjas
dios del gatillo blando
dios de la noche y la niebla
dios del setenta veces siete tomá pa’vos
dios de los cuatro jinetes
dios caballo
dios montadito por la muerte

no diosito
no eres tú mi cantar



Segunda introspección

Como un territorio ennegrecido
hasta los bordes
amargo
como un río mutilado
aferrado a esta orilla única
respiro
escribo
atestiguo la muerte.





Segundo insomnio



¿Para qué hablar?
Pero ¿Para qué callar?

Roberto Juarroz


Y en éste momento llega el poema
ahora que la noche se retuerce
en cada uno de sus perros

ahí está el abismo
décimas
hacia
abajo
un milímetro más allá
está la muerte


gran señora todopoderosa
que miras en lo oscuro
llena eres de espanto




La noche se retuerce en cada uno de sus perros:

los hombres encienden fuegos mechas orgasmos botellas
los hombres mastican carne papel cenizas pan duro humo

respiran peste

los hombres miran techos luces fantasmas palabras rostros caídos
los hombres escuchan motores guitarras gorgoteos roces

aullidos

agua y

perros
perros
perros

la noche se retuerce en cada uno de sus ritos.




Ahora
un hombre muere y otro nace
¿quién sale? ¿quién entra?
un hombre y una botella
¿cuál de los dos está vacío?
un hombre y una hoja de papel
¿dónde comienza el desierto?



Hagan sus apuestas
señores:

el papel
los cigarrillos
la noche
el poema
la paciencia del viejo
que se muere aquí al lado
al compás del tecleo
de la lettera veintidós
puteando al poeta
que putea al viejo
que tose y tose

quién qué
se acaba primero

hagan juego señores
dioses.



Pero también hay treguas
pero también hay silencios:

en la noche
la calma viene
con su mirada amarilla


Escucho el motor de un auto que se aleja
y tose
y escupe humo negro
calamar metálico
ocultándose de qué

pero del otro lado de la pared
el viejo ya no tose
muerto o
dormido
lejos ya
a salvo
de los secos estampidos de la lettera veintidós
gris celeste

pero no
sigue
me regala veintidós estampidos
de tos negra
de humo celeste
contar las paredes que se duermen
contra las paredes que se mueren


gran señora todopoderosa
que miras en lo oscuro
llena eres de espanto



Dormir es un oficio inseguro
porque el insomnio
porque las pesadillas
porque los perros

porque ocho horas de trabajo
más
ocho horas de ocio
más
ocho horas de descanso
- igual qué
- igual nada señorita
reviso y reviso
y no me da
el orden de los factores no me da
borrón y cuenta vieja
y no me da:

es triste sospechar de usted
señorita dora
pero acá
alguien mintió



y sin embargo
todavía sueño con pájaros
que migran

que migran
hacia dónde




dormir es un oficio incierto
porque ahí está tu cuerpo

blanco
caliente
desnudado a manotones

ciénaga dulce
muerdo
me hundo
lloro a gritos
porque
dónde está
tu alma



y sin embargo
todavía
me acuesto a tu orilla
como un barco escorado

como un loco
que ríe entre dos mareas



Dormir es un oficio imposible
cuando se sabe
que la noche abre las pupilas de los gatos
que en la noche una mujer se está abriendo
como las pupilas de un gato
que la noche se estira y se arquea
sobre la curva de un vientre
que la noche
vencida
se dobla sobre sí
una y otra y otra vez
hasta desaparecer
en un espasmo
igual a éste

pero lleno de luz.